Viernes 2 de marzo de 2012.– A lo largo de la historia reciente, son incontables los ejemplos de futbolistas sudamericanos que han cruzado el océano para labrarse carreras destacadas en el fútbol europeo. Sin embargo, para que esto suceda, han habido otros capaces de marcar el camino cuando los puentes entre ambos continentes no eran tan firmes. Enrique Omar Sívori, el talentoso número 10 surgido de la escuela de River Plate, fue uno de ellos.
Irreverente, pisador y temperamental, el argentino brilló entre 1954 y 1968 con las camisetas del conjunto Millonario, la Juventus, el Nápoles y los seleccionados de Argentina e Italia. Más de 220 goles en 441 partidos a lo largo de su carrera avalan la opinión de los expertos, que nunca olvidarán su andar desfachatado, las medias caídas y sus enojos ante cada falta recibida.
“La única manera de hacer divertir a tantos miles de espectadores que van a ver un partido de fútbol es divertirse uno mismo. Si uno no se divierte, no puede hacer divertir a los demás”, confesaba el talentoso jugador al que muchos apodaron ‘El Maradona de los 60’.
Curiosamente, pese a que deslumbró con la camiseta de Argentina en la obtención de la Copa América 1957, Sívori disputó su única fase final de la Copa Mundial de la FIFA con la camiseta de Italia, en 1962. Una carrera que le valió integrar la prestigiosa lista FIFA 100 con los mejores futbolistas de la historia.
Una transferencia, una tribuna
Nacido en San Nicolás, a 245 kilómetros de la Capital Federal, Sívori forjó su clase y temperamento en los campitos de su barrio. “Era una atracción ya de chiquitito, todos venían a ver cómo tocaba la pelota. Un verdadero crack”, afirmaba Angel Massimo, quien presidía el Club Teatro Municipal en el que el Cabezón dio sus primeros pasos.
Rápidamente se hizo un lugar en River Plate, con el que debutó frente a Lanús en 1954. Ese día ingresó en reemplazo de Ángel Labruna, uno de los máximos ídolos de la institución, en un claro guiño del destino. El club millonario no sólo disfrutó de su talento, goles y el primer tricampeonato de su historia, sino que gracias a su jugosa transferencia a la Juventus logró construir la tribuna que le faltaba al imponente Estadio Monumental de Buenos Aires.
“Mi deseo de pasar a la Vecchia Signora era enorme”, reconocería luego el futbolista que, en su presentación oficial, hizo delirar a miles de aficionados al completar cuatro vueltas alrededor del campo de juego sin que el balón tocara el suelo. En el club de Turín conformó el afamado Trío Mágico junto a Giampiero Boniperti y John Charles, con los que obtuvo tres títulos locales y dos Copas de Italia antes de adjudicarse además el Balón de Oro al mejor jugador europeo de 1961.
El Maradona de los 60
Sus goles y particular estilo de medias bajas lo volvieron una leyenda para la época. “Eso de las medias lo inventé yo, era algo psicológico. Creía que al ver la pierna desnuda, el adversario me pegaría un poco menos”, reconocía el argentino que, por su estilo de juego provocador para la época, recibía más de una patada por parte de las defensas rivales.
En el club permaneció hasta la llegada del entrenador paraguayo Heriberto Herrera, quien se enfrentó públicamente con él al pedirle una “reeducación completa para trabajar en equipo”.
El exilio futbolístico lo llevó a Nápoles, club en el que brillaría Diego Maradona 20 años más tarde. Y al igual que sucediera con el Diez, Sívori se ganó la idolatría febril de la ciudad con goles y un inédito subcampeonato. “Nunca olvidaré el entusiasmo de los napolitanos a mi arribo. Es cierto que no conseguimos el título, pero estuvimos cerca”, se lamentaría.
Ironías del destino, su último partido como profesional se produjo ante la Juventus de Herrera… en el que terminó expulsado por una falta que no cometió. “El entrenador me había advertido que jugara cerca de él y lo fastidiara, y en esa jugada apenas si me tocó”, confesaría años más tarde Erminio Favalli, el jugador que provocó aquella tarjeta roja. La suspensión de seis partidos desató la ira de Sívori quien, fiel a su estilo temperamental, no dudó en anunciar su retiro de la actividad.
*Con información de la FIFA
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