Jueves 10 de mayo de 2012.– Trabajadores del Querétaro F. C. y ex integrantes del equipo emplumado estuvieron presentes en la misa por el 25 aniversario del accidente carretero de los Gallos Blancos de la UAQ, en donde murieron tres de sus integrantes: Agustín Jiménez, René Montalvo y Gerardo ‘Pillo’ Orona.
La Sala de Prensa del Centro Gallo de Alto Rendimiento fue el lugar donde se hizo un sentido homenaje a los jugadores caídos aquel 10 de mayo de 1987, siendo un ejemplo para las futuras generaciones queretanas.
La misa fue celebrada por el sacerdote Erick Sánchez, sacerdote de la Iglesia de María Puerta del Cielo, quien destacó la gran pasión que tuvieron por su profesión los tres futbolistas que fallecieron aquella tarde del 10 de mayo de 1987.
“La vida es un partido de futbol, un juego que el tiempo que nos toque jugar lo tenemos que hacer al máximo. A muchos no nos tocó conocer a René, al ‘Pillo’ y a Agustín, fueron personas que nunca vieron al futbol como negocio, sino que lo que jugaron lo hicieron con pasión y con ilusión”, dijo
Valentín Álvarez Chávez, Director de Fuerzas Básicas del Querétaro F. C., habló en nombre de la institución, recalcando que el acontecimiento fortaleció los valores del club.
“Al paso del tiempo aquella vivencia se convirtió en una prueba de vida que ha fortalecido a Gallos Blancos, nos hizo trascender y nos convirtió en una familia más que en un simple equipo de futbol. Los hombres que hoy honramos – Agustín Jiménez, René Montalvo, Gerardo Orona- han visto fortalecer su nombre y su legado al paso de los años. Cada uno de ellos simboliza la pasión por nuestro equipo, el amor por nuestros colores y el respeto por nuestra historia. Gallos Blancos no los olvida”, enfatizó.
Alejandro Palomares, jugador y sobreviviente de los Gallos de la UAQ de 1987, narró con voz emocionada aquellos aciagos momentos del kilómetro 67 de la carretera México-Piedras Negras, siendo la unión grupal la que sacó adelante a toda la plantilla, permitiéndoles disputar dos partidos más por el ascenso a Primera División.
“Nadie se imaginaba lo que nos deparaba el destino (…) Esa unificación de ideas y motivación que teníamos como equipo fue lo que nos motivó para auxiliar a los compañeros que estaban heridos para trasladarlos, del lugar de los hechos y en vehículos, para su atención médica”, recalcó.
“Quiero recalcar el compañerismo que había en ese tiempo y eso nos llevó al lugar donde llegamos (a la final), desgraciadamente y por circunstancias que no estaban a nuestro alcance, no pudimos lograr lo que todos queríamos: el ascenso. Hoy en día los recordamos de esta manera como homenaje. Gracias a la directiva”, puntualizó.
*Con información de la FEMEXFUT
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