Jueves 1 de marzo de 2012.– Cuando Didier Drogba se despertó tal día como hoy hace cinco años, sabía que había hecho suficiente para convertirse en uno de los mejores futbolistas africanos de la historia. El poderoso delantero, en la única temporada pasada en el Marsella, se había afianzado como uno de los jugadores más prodigiosos de la ilustre historia del club; había espoleado al Chelsea al título de la Premier League en cada una de sus dos campañas completas en Stamford Bridge; y había propulsado a Costa de Marfil hasta el subcampeonato en la Copa Africana de Naciones de la CAF en 2006, y a la conquista de una plaza en la Copa Mundial de la FIFA™ por primera vez en la historia del país.
Aunque Drogba, al que en aquel momento le faltaban diez días para cumplir 28 años, jamás hubiera vuelto a tocar un balón, nadie podría arrebatarle el puesto en el Olimpo de las leyendas africanas, junto a ídolos de la talla de Roger Milla, Abedi Pelé y George Weah. Pero, si bien las antiguas figuras de Camerún, Ghana y Liberia conquistaron en varias ocasiones el título de Jugador Africano del Año, Drogba no lo había logrado todavía.
El problema del costamarfileño consistía en que compartía fastos y oropel con otro de los grandes astros del continente de todos los tiempos. Samuel Eto’o, de hecho, había alzado el premio al mejor jugador africano en 2003, 2004 y 2005. Drogba había quedado segundo en los dos últimos años, y en el más reciente sólo por 2 puntos de diferencia (106 contra 108).
Su "duelo" con Eto’o
La rivalidad entre Drogba y Eto’o prosiguió en 2006, ambos igualados en sus actuaciones con sus respectivos clubes y países. Después de su empate a 1-1 en los cuartos de final de la Copa de Naciones, los dos transformaron sus respectivos lanzamientos en la tanda de penales. Sin embargo, con el marcador en 11-11, se vieron obligados a dar el paso al frente y situarse de nuevo en el punto penal. El dorsal 9 camerunés estampó el disparo en el larguero; pero el número 11 de Costa de Marfil acertó de pleno y metió a los suyos en semifinales.
Eto’o se desquitó en octavos de final de la Liga de Campeones de la UEFA con un gol en la victoria global del Barcelona sobre el Chelsea por 3-2. Pocos meses después, el hijo más famoso de N’kon vio puerta en el triunfo por 2-1 sobre el Arsenal en la final de dicha competición y ayudó al Barça a proclamarse campeón de la liga española. El oriundo de Abiyán, por su parte, desempeñó una labor fundamental en la exitosa defensa del Chelsea del trofeo de la Premier League y se dio un festín de goles en la primera parte de la temporada 2006/07.
La marea humana que el día 1 de marzo de 2007 se desplazó a Accra con motivo de la entrega del premio al Jugador Africano del Año sabía que asistiría a otra batalla de titanes entre Eto’o y Drogba. El primero confiaba en ceñirse la corona por un récord de cuatro años consecutivos, mientras el segundo ansiaba convertirse en el primer costamarfileño que tomaba entre las manos el prestigioso galardón.
Fue la noche del cambio. Drogba, después de haber subido al escenario junto con Eto’o para su presentación como miembros del “Once Estelar de África de 2006”, se cambió el traje por unos ropajes ceremoniales resplandecientes, un tocado multicolor en la cabeza y un elegante bastón decorado con tallas de elefante, el símbolo de su nación. Entonces oyó las palabras con las que había soñado tantos años. África coronaba por fin a un nuevo rey.
*Con información de la FIFA
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