Jueves 29 de marzo de 2012.– De todos los cambios que ha vivido Marlos en los últimos meses, uno en concreto le preocupaba especialmente. Al dejar el São Paulo para fichar por el Metalist ucraniano en enero, nada afectó más al jugador de 23 años que la brutal diferencia climática entre los dos países. De la noche a la mañana, pasó de los cómodos 30 grados veraniegos de la ciudad sudamericana al riguroso invierno del este de Europa, con temperaturas que alcanzaron los 30 bajo cero.
“La primera sensación fue de gran dificultad. Hacía muchísimo frío. Todo se congela rápido, y era casi imposible entrenarse”, explica a FIFA.com el futbolista, oriundo de São José dos Pinhais (Paraná). “Había estado 23 años viviendo la misma vida, con mi rutina, despertándome a la misma hora. Y llegué aquí con la diferencia de clima y de horario, resulta difícil adaptarse y hacer tu trabajo. Hasta ahora está siendo muy complicado”.
Su discurso, que denota un cierto desánimo, podría corresponder a alguien a quien le ha costado adaptarse a situaciones tan adversas. Pero, al luchar para superar el trauma del frío, Marlos ha ignorado inconscientemente otros problemas que suelen encontrar los futbolistas que prueban suerte en el extranjero.
Dentro de la cancha, por ejemplo, también hay una gran diferencia de estilo entre brasileños y ucranianos, pero eso apenas le ha incomodado. “En Brasil, da tiempo a pausar el juego, pensar en lo que se va a hacer y lanzarse a por el adversario. Aquí, cuando uno recibe el balón, ya tiene a tres rivales encima. Así que hay que pensar rápido. Pero eso lo vamos adquiriendo poco a poco”, relativiza el centrocampista.
Con esa naturalidad, Marlos se ha hecho un hueco en el Metalist, y no ha tardado en ganarse la confianza de su técnico, Myron Markevych, así como de Cleiton Xavier, Taison y Fininho, los brasileños del equipo que tanto lo ayudaron a su llegada. Ya en su segundo partido, un choque de la UEFA Europa League frente al Salzburgo, marcó su primer gol. Cuatro encuentros más tarde era titular, y todo ello sin haber alcanzado aún su mejor momento de forma y con aquella otra preocupación en la cabeza, como él mismo asegura.
“Mi primer pensamiento es tratar de acostumbrarme al clima y a la gente. Así sí podré practicar mi mejor fútbol y demostrar por qué estoy aquí”, explica, evitando cualquier euforia por su buen comienzo. “Todavía tengo que crecer mucho. Ellos están en la mitad de la temporada, y yo estoy empezando la mía. Pero estoy trabajando siempre una pizca más para recuperar ese retraso”.
Cambio de mentalidad
Si bien aún se halla en fase de adaptación, Marlos ya ve mejoras en muchos aspectos. Definitivamente, el cambio de aires le ha dado nuevas perspectivas: de reserva en el São Paulo en 2011 ha pasado a ser una pieza importante en el Metalist, que, aunque no sea una potencia europea, confía en que el año 2012 suponga su consolidación entre los grandes. De ahí la importancia del compromiso de este jueves, contra el Sporting, en cuartos de final de la UEFA Europa League.
Los Leones acuden pletóricos de moral, después de eliminar al Manchester City, pero Marlos resalta la garra que exhibieron los ucranianos en la ronda anterior, al deshacerse del Olympiacos tras perder el primer partido en casa por 1-0 y ganar el segundo por 2-1, con dos tantos en los últimos minutos. “Nunca dejamos de tener fe. Perdimos en la ida, pero sabíamos que éramos capaces de remontar, y eso nos motiva para lo que nos aguarda”, destaca. “Ahora nos mediremos con un equipo que eliminó al Manchester City, por lo que debemos estar muy atentos. Pero aquí también hay calidad. El rival va a tener que respetarnos”.
Tranquilo y sin agobiarse, Marlos también demuestra que ha cambiado su forma de pensar, y espera evitar errores del pasado —como, quizás, entusiasmarse con el apodo de “Lionel Marlos” que le puso la afición del São Paulo— en esta nueva etapa de su carrera. “El São Paulo es un club fantástico, pero había muchísima competencia, y fue difícil. Creo que faltó un poco de confianza por parte de los técnicos, porque llegué muy joven”, cuenta. “No se consigue llegar al mejor nivel de repente. Estaba consiguiéndolo, pero se produjo el traspaso, y ahora espero desarrollarme por completo aquí”.
Vida nueva
Con la ayuda de la nueva estación —el invierno ha dejado paso a la primavera—, resolviendo con facilidad partidos decisivos de la UEFA Europa League y sin miedo a los expeditivos e imponentes centrales ucranianos, muchos podrían pensar que Marlos ya se siente en casa en Ucrania, poco más de dos meses después de su llegada. Pero todavía no es el caso.
De cualquier modo, el mismo día de su entrevista con FIFA.com, daba otro paso hacia su adaptación final. Después de vivir en un hotel durante casi dos meses, acaba de hacer las maletas y empezar quizás el último cambio de esta fase, al mudarse a su nuevo apartamento, en Jarkov. “Ahora es una vida nueva. Solo falta que venga mi esposa para sentirme completo”. Y la afición del Metalist aguarda ansiosa a que lleguen estos nuevos días, aún mejores.
*Con información de la FIFA
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