Lunes 28 de mayo de 2012.– Cuando el célebre director egipcio Youssef Chahine estrenó su película El regreso del hijo pródigo en 1976, el fútbol libanés atravesaba por una etapa sombría. La guerra civil que asolaba el país provocó la interrupción de toda actividad futbolística durante una década larga.
Más de 20 años después de la conclusión de esa guerra civil, el país de los cedros tiene una cita con la historia, mientras se dispone a participar en la cuarta y última ronda de la fase de clasificación asiática para la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™.
Tras un sorteo poco favorable, que encuadró a los libaneses en el Grupo A junto a la República de Corea, Irán, Uzbekistán y Qatar, su seleccionador, el alemán Theo Bucker, se ha visto impelido a volver a convocar a Mohamad Ghaddar y a Zakaria Charara.
Cita con el destino
Mohamad Ghaddar ya formaba parte de la selección libanesa que salió airosa de la tercera ronda de la fase de clasificación, pese a tener que habérselas en su grupo con la República de Corea, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos (EAU).
El delantero de 28 años desempeñó un papel importante para obtener el acceso a la última ronda, al anotar el primer tanto de su país en la liguilla inicial, el pasado septiembre contra EAU en Beirut. Sin embargo, Ghaddar vio cómo Mahmoud El Ali le desbancaba de la titularidad en los encuentros siguientes, antes de que Bucker le dejase en casa para encarar la última jornada, el pasado febrero contra el combinado emiratí.
Pero no hay mal que por bien no venga y, al tiempo que El Ali se lesionaba de gravedad, Ghaddar brillaba con el Kelantan malasio, metiendo 7 de los 10 goles de su equipo en la fase de grupos de la Copa de la AFC 2012. El magnífico rendimiento del ariete no pasó inadvertido para Bucker, que ha vuelto a incluirlo en su lista. Ghaddar comentó su feliz regreso para FIFA.com: “Todo el mundo desea ir convocado con su selección, y espero hacerlo mejor que antes”.
Preguntado por su capacidad para cubrir el vacío dejado por El Ali, señaló lo siguiente: “Desde luego, la ausencia de Mahmoud no pasará desapercibida, a tenor de su buen rendimiento. Espero que logremos sustituirle con garantías, ya sea yo u otro jugador. Lo importante es ponerse al servicio del equipo”.
Ghaddar debutó con la selección libanesa en 2005. Desde entonces, ha disputado unos cuantos encuentros internacionales, 3 de ellos correspondientes a la competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™, y considera que la generación actual debe aspirar a hacer realidad lo aparentemente imposible. “Estamos todos unidos para proseguir la aventura. Hemos conseguido cosas admirables y podemos llegar hasta el final; y más teniendo en cuenta que comenzamos esta liguilla en casa, ante nuestros aficionados. Tenemos que aprovecharlo”, aseveró, antes de añadir: “Vamos a ir partido a partido. El primer encuentro contra Qatar está perfectamente a nuestro alcance. De momento, todo va sobre ruedas, y debemos sumar los tres puntos con el fin de crear una dinámica ganadora para los siguientes compromisos”.
De la grada al césped
Charara ha estado más tiempo apartado de la selección que Ghaddar. Su última internacionalidad se remonta a la segunda ronda de la fase de clasificación asiática para Brasil 2014™, a las órdenes del anterior seleccionador, Emile Rustom.
Durante su ausencia, que abarcó la tercera ronda clasificatoria en su totalidad, el centrocampista de 26 años ha dejado maravillados a los espectadores de la liga malasia. Eso explica su convocatoria para la cuarta ronda, que Líbano iniciará el próximo domingo frente a Qatar.
Charara habló a FIFA.com sobre su periodo de ostracismo forzoso: “Era bastante difícil de digerir. Todos los jugadores desean contribuir directamente a las victorias de su país. Aun así, seguí los encuentros con entusiasmo y me alegré mucho por la clasificación”.
“Para mí es muy importante volver al equipo, que a partir de ahora es una de las 10 mejores selecciones asiáticas”, continuó. “Como profesional que milita en el extranjero, todas las miradas se centrarán en mí, y me lo tomo como una oportunidad para hacerme un sitio”.
Charara, que, al igual que Ghaddar, inició su carrera en el Al Nijmeh, cree que la selección libanesa está ante una ocasión histórica, y que “en el fútbol no hay nada imposible”.
“No somos favoritos, pero tenemos una motivación sin límites, que nos ha permitido llegar a esta ronda. Podemos llegar hasta el final, pero tendremos que superarnos a nosotros mismos y hacer gala de una concentración extrema. Nuestra tarea se presenta muy complicada, y tendremos que hacerlo mejor todavía que en la anterior ronda”, destacó.
Una armonía evidente
Ghaddar y Charara han compartido equipo en muchas ocasiones, ya sea con la camiseta de su club de formación o con la de Líbano. Por consiguiente, ambos se conocen de memoria, y más teniendo en cuenta que comparten habitación en los desplazamientos de la selección nacional.
Esa perfecta sociedad sobre el campo saltó a la vista el pasado domingo, en la visita del Líbano a Omán. En su primer encuentro juntos a las órdenes de Theo Bucker, Charara envió un centro a Ghaddar y éste conectó un cabezazo al fondo de las mallas, batiendo al cancerbero del Wigan, Ali Al Habsi.
Ghaddar confirmó esa complicidad: “Para mí, Zakaria no es solamente un compañero de selección, también es como mi hermano pequeño. Cuando nos fuimos los dos a la liga malasia, siempre mantuvimos el contacto. Ahora que estamos jugando juntos, espero que nuestro entendimiento sea beneficioso para todo el equipo”.
Por su parte, Charara también se refirió a su complementariedad: “Somos más que compañeros de selección. Él es uno de los mejores jugadores que he conocido. Hay una química perfecta entre nosotros, y espero que seamos capaces, junto a los demás compañeros, de lograr algo grande”.
Ciertamente, el camino de Líbano hacia Brasil está repleto de escollos, pero con Theo Bucker como director y con Ghaddar y Charara como protagonistas, el desenlace de la película libanesa podría sorprender perfectamente a más de uno.
*Con información de la FIFA
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