Lunes 21 de mayo de 2012.– Aunque su nombre no lo indique, Mike Havenaar es una de las principales bazas ofensivas de la selección japonesa rumbo a Brasil, próxima etapa de la trayectoria atípica de un hijo de emigrantes que ha regresado al país de sus padres para vivir su sueño. En 1986, el guardameta neerlandés Dido Havenaar dejó el ADO Den Haag para probar suerte en la Japan Soccer League. La liga nipona todavía no estaba abierta a los extranjeros, y menos aún a los europeos, pero Havenaar padre fue, a los 29 años, uno de los pioneros, y se instaló en Hiroshima con su esposa, ex campeona de heptatlón. Un año más tarde, el 20 de mayo de 1987, Mike vino al mundo en la ciudad mártir de la Segunda Guerra Mundial, y siete años más tarde la familia obtuvo la nacionalidad japonesa.
“Me gusta mucho Arnhem, y después de seis meses aquí me sentía como en casa, pero mi hogar está en Japón”, declara a FIFA.com el gigantón Mike (1,94 m), que acaba de superar las eliminatorias para acceder a la fase previa de la UEFA Europa League con el Vitesse Arnhem. “Mis raíces están allí”. La historia de amor entre los Havenaar y el fútbol nipón también es un asunto de familia: su progenitor entrena a los porteros del Shimizu S-Pulse, y el hermano pequeño es defensa central del Nagoya Grampus e internacional sub-17 japonés.
Desde 2005, Mike, autor de cinco goles esta temporada en la Eredivisie, fue pasando por las selecciones sub-18, sub-19 y sub-20 antes de recibir la llamada de Alberto Zaccheroni para incorporarse al combinado absoluto en septiembre de 2011, con motivo de un partido contra la RDP de Corea. Al mes siguiente se estrenó como goleador, frente a Tayikistán. Sin embargo, este artillero procedente de la segunda división japonesa (firmó 20 dianas en 30 encuentros con el Ventforet Kofu) se halla aún en fase de aprendizaje en el fútbol europeo, puesto que únicamente ha disputado 17 partidos en la elite neerlandesa.
Un sueño y una evidencia
“La intensidad física de los partidos y la velocidad fueron los dos principales reajustes”, explica. “Aún tengo que trabajar estos aspectos para mejorar. Aquí el fútbol es muy distinto, y requiere su tiempo. La verdad es que esperaba jugar más y marcar más goles”, continúa el internacional, consciente de su margen de progresión. “Todavía me queda camino por recorrer para llegar adonde quiero”, asegura. También recuerda que “ser futbolista profesional siempre había sido mi sueño y mi ambición. Salta a la vista que siempre he querido hacer esto”.
¿Debe verse ahí la influencia paterna? “En absoluto, mi padre no es importante en mi carrera. Hablamos de fútbol a menudo, pero yo no diría que ocupa un lugar particular en mi carrera”, replica Havenaar junior.
Triunfar en el continente donde nacieron sus padres es para Mike una cuestión de honor. Sabe que su estatura constituye un importante recurso a su disposición, aunque los centímetros no sean la única clave del éxito. “Ser alto no lo es todo, aún debo pulir muchos aspectos de mi juego para consolidarme en Europa. Soy consciente de ello, y sé en qué tengo que incidir”.
Progresión y confianza
La campaña clasificatoria de los Samuráis Azules para la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™ permitirá sin duda a Havenaar seguir progresando y madurando. El italiano Zaccheroni es el seleccionador ideal para ayudarle a superar esta etapa y alcanzar sus aspiraciones. “Es el entrenador que necesitaba Japón”, considera el delantero. “Su concepción táctica encaja con nuestra filosofía, y aporta muchísimo al equipo. Con él somos más fuertes a cada partido que pasa, estoy convencido de que la selección necesitaba un técnico extranjero para poder plantar cara a las naciones europeas y sudamericanas”.
Huelga decir que Mike es optimista en cuanto a la presencia de los suyos en la gran cita brasileña, aunque en el Grupo B de la última ronda de la competición preliminar de la zona asiática les aguarde un obstáculo formidable: Australia. “Tiene un buen equipo, va a ser difícil”, opina. “Pero ya le hemos ganado, y podemos volver a hacerlo. Somos mejores y estamos progresando. Insisto, somos más sólidos a cada partido”, reitera, sereno y confiado. Havenaar, consagrado a Japón y a los Países Bajos, se fija ahora como meta viajar a tierras brasileñas.
*Con información de la FIFA
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