Leandrinho: embajador brasileño del... ¿fútbol?

Sábado 23 de junio de 2012.– Cuando Leandrinho Barbosa fichó por el Phoenix Suns en 2003, sabía que sería, en cierto modo, un embajador del baloncesto brasileño en la NBA. Pero quizás no imaginase que también se convertiría en un promotor del fútbol, el deporte que más practicaba de niño.
Desde que entró en contacto en el Suns con el canadiense Steve Nash, seguidor apasionado del Tottenham Hotspurs y uno de los dueños del Whitecaps de Vancouver, de la MLS, Leandrinho ha visto cómo el deporte en el que su país es cinco veces campeón del mundo ha ganado muchos aficionados entre los participantes en la liga de baloncesto. Y, al ser el ahora escolta del Indiana Pacers uno de los cuatro brasileños de ese campeonato, era natural que tanto compañeros como adversarios se dirigiesen a él para hablar de fútbol.
Inmerso en su preparación para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en su ciudad natal, São Paulo, Leandrinho habla con FIFA.com sobre quién entiende de verdad de fútbol en el mundo de la NBA, sus perspectivas acerca de la Copa Mundial de la FIFA y, cómo no, el Corinthians, el equipo de su corazón, aunque el año pasado coquetease peligrosamente con el Flamengo durante un breve paso por el club rojinegro. Esta es la primera de una serie de entrevistas con personalidades brasileñas de otros ámbitos que hablan de fútbol rumbo a Brasil 2014.

FIFA.com: ¿Es cierto que a usted se le da bien el balón? ¿En los pies? Es curioso que, en el baloncesto, en muchos momentos usted pueda ser considerado uno de los jugadores más pequeños, al medir 1,91 m. Sin embargo, en el fútbol estaría en el grupo de los altos...
Leandrinho: Bueno, podría jugar. Alguna gente ya me ha dicho que podría ser un buen central, y otros que podrían aprovecharme como delantero, porque tengo una buena arrancada. No sabría decir en qué puesto, pero me defiendo. En general, los futbolistas son bastante pequeños. No hay muchos grandes.

¿Siempre ha jugado al fútbol?
Lo cierto es que mi intención, de niño, era jugar al fútbol. Pero era difícil tener una oportunidad: hay mucha competencia, así que nunca probé suerte en un club. Jugaba en la calle, incluso descalzo, yendo de una portería a otra con los demás chicos. O había veces en que se ponían cuatro jugadores en un lado y cuatro en el otro. Pero mi hermano mayor jugaba al baloncesto, y acabé siguiendo sus pasos.

Es de suponer, entonces, que ya animase al Corinthians en aquella época.
Nací siendo del Corinthians. Al nacer mi padre me puso en el regazo, y tenía un pañuelo negro y blanco en las manos para sujetarme. Era lo que decían mi madre y mis hermanos. No podía ir al estadio, porque nuestra situación económica era muy difícil. Cuando podía ver la televisión, lo seguía desde casa, o iba con mi padre a los pequeños bares del barrio que ponían los partidos. En la zona había mucha gente del Corinthians, y yo animaba mucho al equipo con mi padre. La época más feliz, para mí, fue aquella de Edílson, Vampeta, Ricardinho [tres jugadores que hicieron historia con el club a finales de los años 90 y principios de la década pasada, al ganar dos ligas brasileñas y la Copa Mundial de Clubes de la FIFA Brasil 2000]. Es uno de los equipos que más alegrías ha dado a los hinchas.

¿Y ahora? ¿Puede seguir al equipo desde Estados Unidos?
Lo sigo por la televisión por cable en un canal que transmite partidos de todo el mundo. También tengo TV Globo, y lo veo cuando tengo tiempo.

¿Qué opina del momento actual del fútbol en Estados Unidos?
Ahora hay mucho interés por el fútbol. Lo ven todo: Brasil, Europa o la MLS. Tenemos a Neymar, que es un gran jugador, y fuera le prestan mucha atención. Todo el mundo pregunta si de verdad es tan bueno. Yo siempre digo que el fútbol aquí, en Brasil, es muy bueno, de altísimo nivel, ya que ha venido mucha gente de fuera. En la MLS, desde que David Beckham fue al Galaxy de Los Ángeles, y ahora con Thierry Henry, que es otro jugador mediático, también se le presta bastante más atención. Los estadios siempre están llenos.

Cuéntenos ahora cuál es la relación de los astros de la NBA con el fútbol. Sabemos que a veces ustedes juegan partidillos dentro de la pista.
En el Phoenix Suns, me gustaba darle toques al balón, pero no tenía a nadie con quien jugar. Cuando Steve Nash llegó al equipo, fue fantástico. Al acabar los entrenamientos, era inevitable: pasábamos directamente al fútbol.

Bueno, él es uno de los mejores bases. ¿Pero juega bien al fútbol?
Es muy bueno. Juega al fútbol igual que al baloncesto: si quisiera jugar en cualquier equipo, no tendría problemas. Es un apasionado. Tanto que, este día 27, va a organizar un partido benéfico, en Nueva York. Reúne a gente de la NBA y consigue también a futbolistas de Inglaterra. También va a ir Henry, que es bastante amigo nuestro desde que jugó en Nueva York, y es un tipo estupendo. Cuando se juntan jugadores en esa fiesta, se ponen los de baloncesto en un lado y los de fútbol en el otro, ¡y queremos ganar!

¿Quién más juega?
En el Phoenix, también estaba Boris Diaw, que es francés, muy alto, pero se le da bien, y Goran Dragic, que es esloveno. Pero uno que juega bien y que nos dejó boquiabiertos fue Shaquille O’Neal, que es arquero. Mide 2,16, y le gusta tirarse al suelo, así que después de los entrenamientos le poníamos una colchoneta e improvisábamos dos postes. A él le encantaba, y nos retaba. Entonces se animaba todo el equipo. En el Indiana, George Hill había sido guardameta en la universidad. En el Toronto Raptors estaba José Calderón, español. Él es del Real Madrid y a mí me encanta el Barcelona, así que teníamos esa rivalidad. Siempre que había un clásico, hacíamos una apuesta. Cuando me fui del Toronto fue justo cuando el Real Madrid le ganó al Barcelona. Entonces me llamó para reclamarme que había ganado, y yo ya no estaba allí.

Dentro de dos años se celebrará la Copa Mundial de la FIFA en Brasil. ¿Qué espera de este torneo?
Estoy deseando que llegue, creo que va a ser una locura, todo el país se va a implicar y rebosar de emoción. No existe ningún país tan apasionado como Brasil. Esta semana, con el Corinthians en la Copa Libertadores, ya hemos visto cómo se puso São Paulo. ¿Se imagina a todo el país así?

Para terminar, ¿cuál es su principal recuerdo de una Copa Mundial de la FIFA?
Ya he seguido varias, aunque sin asistir personalmente. Me marcó bastante la del cuarto título, en 1994, en Estados Unidos. Yo tenía 12 años, y recuerdo la fiesta. Estaban Bebeto, Romario y Ronaldo, que aún estaba empezando. Fue un gran título, el primero en 24 años. Lo tuve presente durante muchos años.

*Con información de la FIFA

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