Lunes 2 de julio de 2012.– Los jugadores de la 'Roja' fueron recibidos como héroes en España por una marea de aficionados que se echó a las calles de Madrid, para homenajear a su selección tras la histórica victoria de la víspera ante Italia 4-0 en la final de la Eurocopa de fútbol.
Sobre un enorme escenario instalado en la céntrica plaza madrileña de Cibeles, los jugadores bailaron, cantaron, se rociaron con litros de champán y compartieron su alegría con los cientos de miles de hinchas que había esperado durante horas bajo un sol abrasador para festejar con ellos.
"Me siento muy orgulloso de participar en este equipo de leyenda pero sobre todo me siento muy orgulloso de ver vuestras caras de felicidad", dijo a lo aficionados el centrocampista Andrés Iniesta visiblemente emocionado. "En estos momentos difíciles, para nosotros es un orgullo veros felices", lanzó a un país que por un día había olvidado la crisis y la austeridad.
En un autocar descubierto, Iker Casillas, portero y capitán del equipo, y sus compañeros habían paseado el trofeo por las calles de la capital en un recorrido abarrotado de hinchas con los colores españoles pintados en la cara, el pelo o el cuerpo.
Voces ganadoras
Entre la muchedumbre que gritaba "¡Campeones! ¡Campeones! ¡Ohé, ohé, ohé!", José Abad, de 33 años, transportista desempleado, había acudido a celebrar una victoria con la que, afirmaba, "te libras un poco de las tensiones, de pensar en si tienes trabajo o no" en un país donde un trabajador de cada cuatro está desempleado.
En la plaza frente al ayuntamiento de Madrid, donde la estatua de la diosa de Cibeles había amanecido cubierta con la bandera española, una familia explicaba que viajó cuatro horas en coche desde Jaén (Andalucía, sur) para la ocasión.
"Hemos venido para celebrarlo con ellos porque se lo merecen. En el mundial no pudimos venir", cuenta Pilar, de 34 años, acompañada por su marido, Javier, de 44, y su hija, Pilar, de 12.
Una hora antes, los futbolistas españoles habían llegado al aeropuerto de Madrid a bordo de un avión ornado con el escudo español y sobre el que se leía "Orgullosos de nuestra selección".
Casillas salió el primero, acompañado por el seleccionador Vicente del Bosque, llevando en las manos la Copa de Europa decorada con cintas con los colores españoles. "Estamos contentos y felices por el éxito logrado. Era difícil y lo hemos conseguido", declaró el capitán a la televisión pública.
"Ha salido muy bien, estamos muy contentos como equipo, cómo lo hemos hecho", aseguró por su parte Cesc Fábregas. "Ahora a seguir trabajando", agregó, aunque primero tocaba festejar.
Entre el Rey y los aficionados
A pocos metros, un pequeño grupo de hinchas agitaba banderas españolas rojo y gualda. "Esta España es muy buena y por eso ha hecho historia", afirmaba Antonio, de 23 años, recordando que la española es la primera selección de la historia que encadena una Copa de Europa (2008), una Copa del Mundo (2010) y otra Copa de Europa (2012) consecutivas.
Tras un breve descanso en un hotel, los jugadores, vestidos con pantalón deportivo azul y una camiseta roja conmemorativa, en la que podía leerse la inscripción "Campeones de Europa", fueron recibidos en el Palacio de la Zarzuela.
Allí, uno por uno estrecharon la mano del rey Juan Carlos I, de su hija mayor la infanta Elena, de su hijo el príncipe Felipe y de la esposa de éste, la princesa Letizia, bajo la mirada atenta de las dos hijas de los herederos de la corona, las infantas Leonor y Sofía, vestidas con la camiseta de España.
"¡Enhorabuena!", les dijo el rey. "Los españoles no sólo están orgullosos porque habéis ganado sino porque, si sois buenos cada uno de vosotros como jugadores, como equipo sois formidables", agregó.
*Con información de la FIFA
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