THE HUFFPOST VOCES, domingo 26 de octubre de 2014.– Reza el dicho: "No quiero ver a mis hijos con buenos principios". Y este sábado la frase encajó a la perfección en el fútbol. El Real Madrid se ha llevado el clásico del Bernabéu (3-1) tras dar la vuelta al partido.
Porque el Barcelona se adelantó muy pronto, a los cuatro minutos, con un gol de Neymar y los azulgrana estuvieron a punto de aumentar su ventaja en la primera parte. Pero Messi falló, Casillas sacó con la rodilla un balón que se colocaba en su portería... y quizá ahí estuvo la clave del partido.
Los azulgrana golpearon primero, pero esta vez quien dio primero no golpeó dos veces. Tras el gol tempranero de Neymar, el Madrid se electrizó, se vino arriba, achuchó muchísimo al Barça por momentos. Hasta Benzema tuvo una doble oportunidad que acabó con el balón estrellándose contra el larguero.
Pero tras esos impulsos, el Barça volvió a coger el bastón del mando. Comenzó a tejer de nuevo el juego y Neymar primero y Messi después perdonaron. Y, siguiendo con el refrenero, ya se sabe que el que perdona lo acaba pagando.
Y el Barça lo pagó. Piqué, que no estuvo fino durante el clásico, cometió penalti en el minuto 34 de la primera parte por tocar el balón con las manos en una maniobra difícilmente comprensible. Cristiano no falló la pena máxima y empató el partido. Se llegaba así al final de una primera parte vibrante e igualada.
Pero el segundo acto fue una bofetada blanca. Pepe marcó el segundo con un tremendo testarazo en el minuto 49 a la salida de un córner y Benzema amplió la ventaja en el 60 tras culminar un contragolpe perfecto.
El Barça, grogui, fue incapaz de hacer mucho más y, de hecho, el Madrid pudo ampliar su ventaja merced a varios contragolpes. Los azulgrana se despiertan así de su sueño, dado que hasta ahora no habían perdido en la Liga y no habían recibido ni un sólo gol. Y el Madrid recorta ventajas: se queda tan sólo un punto por detrás de los de Luis Enrique.
Además, Messi tendrá que esperar para alcanzar el récord de los 251 goles de Zarra y convertirse en el máximo goleador de la Liga. El Bernabéu no perdonó y Luis Suárez, que regresó tras su sanción por morder a un rival en el Mundial, se estrenó con derrota como azulgrana. Otra ocasión habrá.
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