Domingo 24 de junio de 2012.– En Toluca se habló de pasión, juventud y fútbol…
Las gradas del Estadio Nemesio Diez hirvieron con la emoción que desbordó la Gran Final de la Copa México de Naciones Sub-15; la muestra de talento que dejaron los jóvenes sirvió como combustible para que la chispa encendiera en la afición.
El grito de “México, México” no encontró descanso en las gargantas del público asistente a un partido de alto nivel, gran categoría e historia pura, ya que se trata del primero torneo de este tipo y el recuerdo de este espectacular partido difícilmente encontrará como huir de las mentes de los presentes.
Los sueños iban y venían por el césped, no sufrían con la altura toluqueña, envolvían las gradas y los banquillos, la juventud era común denominador de un mediodía esperanzador, que proyectaba ilusiones, crecimiento y cimentaba las bases de la palabra: experiencia, para unos jóvenes empapados de anhelos.
La Selección de la Tercera División y Colombia se encargaron de ponerle un punto final a esta historia internacional; aunque los tres puntos suspensivos previos a la definición, estuvieron acompañados de una cascada de emociones evidentes cuando un partido tiene final cardiaco, de fotografía.
Aquí en el Nemesio Diez, donde los Diablos suelen ser anfitriones, dos equipos se apropiaron del espectáculo, pudimos ver el talento de algunos colombianos como: John Miranda, Kevin Balanta y Matías Ortega; o de los seleccionados de la Tercera División: Emmanuel Angulo y el arquero Sergio Silva. Promesas del fútbol mundial.
El partido, en sus 70 minutos, ofreció un empate de último instante que mandó a definir todo desde los once pasos, ese episodio “trágico” que suele tener el fútbol en el que como si fuera una entrevista uno a uno, el portero se habla de cerca con un rival, cruzan miradas y un disparo o una atajada significan algo similar a la vida o la muerte. Los arqueros de ambos equipos Silva y Homero Guerrero, pusieron a la tribuna al borde del asiento con su gran actuación, pero sería el equipo azul, el del color del cielo, el que terminaría por ser “celestial” y acertaría el definitivo para coronarse en la 1ra. Copa México de Naciones Sub-15.
El trofeo se levantó en todo lo alto entre los colores escarlata del estadio; Colombia se fue reconocida entre aplausos. Fue un partido inolvidable, cierre perfecto para un torneo que seguirá más adelante escribiendo anécdotas de esta magnitud, de pasión, de triunfo, de llanto, de alegría, de balones, de pasto, de fútbol, de jóvenes, de promesas y sobretodo de talento.
*Con información de la FEMEXFUT
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