Makaay, memorias de un 'espectro'

Miércoles 6 de junio de 2012.– “Tenéis que ser once amigos si queréis ganar”, reza una de las máximas fundamentales del fútbol. No obstante, las malas lenguas aseguran que los equipos de Roy Makaay parecían jugar siempre con diez futbolistas... Durante su etapa en Alemania, el ex internacional holandés fue apodado Das Phantom, que se podría traducir perfectamente como ‘el espectro’ o ‘la aparición’. Cuentan que el ariete apenas se dejaba ver en los partidos, pero que entonces aparecía de repente frente a la portería rival y perforaba las mallas con su frialdad característica.
“No, la historia no es exactamente así”, desmiente Makaay entre risas durante su entrevista en exclusiva para FIFA.com. Más bien, el apodo viene de “una vez que marqué en el tiempo de descuento en tres partidos seguidos”, corrige el holandés.

El terror de las defensas

Lo cierto es que Rudolphus Antonius Makaay, nombre completo del ex delantero, nunca tuvo reputación de egoísta durante sus casi 20 años como profesional, sino más bien de jugador simpático para el que el equipo era lo más importante. Después de pasar por Vitesse Arnheim, Tenerife y Deportivo de La Coruña, Makaay fichó por el Bayern de Múnich en 2003 con el título de máximo goleador europeo como carta de presentación y a cambio de unos 20 millones de euros, la mayor suma que el Bayern de Múnich había invertido en un jugador hasta entonces. “Allí pasé mis años más bonitos, no sólo en el aspecto deportivo, sino también en el personal”.
El cariño mutuo que se profesan el ex internacional holandés y el club más laureado de Alemania volvió a ponerse de manifiesto hace unas semanas el día de la final de la Liga de Campeones de la UEFA, cuando Makaay volvió a enfundarse la camiseta del conjunto muniqués para disputar un partido entre famosos. Tras el encuentro, el que fue el terror de las defensas europeas presenció en el estadio la apasionante final de la máxima competición continental que disputaron su ex equipo y el Chelsea.

La espinita de la selección

Aunque a lo largo de su carrera conquistó numerosos títulos con sus clubes, Makaay nunca llegó a triunfar del todo en la selección holandesa. Entre 1996 y 2005, el ex delantero disputó con la Elftal 43 partidos en los que anotó seis tantos, un balance demasiado pobre para un goleador de su categoría.
“Jugamos desde hace mucho tiempo con un 4-3-3 y un solo delantero centro auténtico, y yo competía por el puesto con futbolistas de la talla de Ruud van Nistelrooij, así que no era empresa fácil”, explica Makaay, que participó en dos Eurocopas (2000 y 2004) pero nunca llegó a disputar una Copa Mundial de la FIFA. El holandés, que actualmente tiene 37 años, sintió de manera especial perderse la Copa Mundial de la FIFA Alemania 2006™, ya que por entonces todavía jugaba en el Bayern. “Está claro que aquello fue un trago amargo, pero ya no se puede hacer nada. En cualquier caso, me siento muy orgulloso de mi trayectoria como futbolista”.
El sentimiento de orgullo del ex delantero está sin duda justificado, puesto que, en las dos Eurocopas que disputó, su equipo sólo cedió en semifinales. La vigente subcampeona del mundo intentará llegar todavía más lejos en la inminente Eurocopa 2012 que se celebrará en Polonia y Ucrania. “España es la campeona del mundo y de Europa, lo que la convierte en la principal favorita. Después están Alemania y Holanda, que hicieron un Mundial sobresaliente hace dos años. En cualquier caso, también Francia, Italia e Inglaterra forman parte de ese amplio abanico de aspirantes al título”, analiza Makaay.

Pekín, recuerdo amargo

Das Phantom se dejó la piel en el campo hasta el último partido de su carrera, a veces incluso superando los límites del dolor, como demuestra cierta anécdota de 2008. Aquel año, Makaay viajó a Pekín como capitán de Holanda para disputar el Torneo Olímpico de Fútbol. El objetivo era regresar con una medalla, pero las cosas no salieron según lo planeado. En el primer partido, frente a Nigeria (0-0), Makaay tuvo que ser sustituido en el descanso y trasladado a un hospital con molestias en el pie.
“No me encontraron nada y me dieron analgésicos para el dolor. En el partido contra Estados Unidos (2-2) empecé en el banquillo y entré en la segunda parte. En el tercer encuentro, contra Japón (1-0), necesitábamos ganar para pasar de ronda. Lo jugué entero. En cuanto acabó nos fuimos directos al hospital de nuevo, y resultó que había jugado con el pie roto desde el primer partido. Ahí se acabó para mí el certamen”.
Ya sin su capitán, el combinado holandés cayó en cuartos de final a manos de Argentina, que acabaría proclamándose campeona olímpica. Un gol en la prórroga significó el 2-1 definitivo y el adiós de los holandeses. “Lógicamente, nos habría gustado lograr una medalla, pero Argentina siempre es un rival complicado. Tenía un equipo magnífico, que contaba con jugadores de la talla de Lionel Messi, Sergio Agüero, Ángel di Maria o Javier Mascherano”. Todos ellos son actualmente estrellas mundiales.

Nueva vida en los banquillos

Makaay colgó las botas en 2010 en el Feyenoord de Rótterdam, donde continúa enrolado en la actualidad como entrenador de las categorías inferiores, una labor de la que disfruta como un niño.
Al final de su entrevista con FIFA.com, el autor del gol más rápido de la historia de la Liga de Campeones de la UEFA [el que le marcó al Real Madrid a los 10,03 segundos de partido en los octavos de final de 2007] volvió a evidenciar lo mucho que le marcó su paso por Múnich. Cuando le preguntamos si se imaginaba entrenando algún día a un equipo de primera división, Makaay contestó en dialecto bávaro y al más puro estilo de Franz Beckenbauer: “¡Ya veremos!”.

*Con información de la FIFA

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