Sábado 16 de junio de 2012.– Willian ya estaba de vacaciones, al igual que todos sus compañeros del Corinthians, flamantes campeones nacionales, cuando recibió una llamada que lo sorprendió: había sido convocado para formar parte del plantel que se enfrentaría a un combinado de los mejores del Brasileirão de 2005, en un partido amistoso. Iba a suponer su estreno con el equipo profesional ¿Qué reacción cabría esperar entonces de un adolescente de 17 años? ¿Un susto inicial y entusiasmo? No exactamente. ¿Y una vez digerida la información? ¿Aprensión y nerviosismo? En absoluto.
“Pensé: ‘estupendo, ¿no? Seré suplente, al menos’. Pero entonces Carlos Alberto se demoró, y dijeron que yo sería titular. Estuve muy tranquilo. Era un amistoso, pero para mí no. Quería hacerlo bien”, recuerda a FIFA.com el mediapunta, actualmente en el Shakhtar de Donetsk.
Willian habla de forma pausada, una característica que refleja el temperamento sosegado de un —todavía— joven de 23 años, y ayuda a explicar su éxito con el club hegemónico de Ucrania, donde ya ha conquistado diez títulos desde su llegada, en 2007.
Hegemonía
Parece que fue ayer cuando Willian daba el salto desde las categorías inferiores del Corinthians y se consolidaba como una de las revelaciones más prometedoras del fútbol brasileño. Hasta suena extraño comprobar que lleva ya cinco campañas en el Shakhtar. “Ha pasado muy rápido, sí. Es un periodo de felicidad, he conseguido muchas cosas y he crecido bastante”.
Antes de alzar trofeos, Willian tuvo que superar la primera y principal barrera de un traspaso al este de Europa: la fase de adaptación. En su club tiene la compañía de otros siete brasileños y de otro nacionalizado croata. Son, por orden alfabética, Alan Patrick, Alex Teixeira, Dentinho, Douglas Costa, el croata Eduardo da Silva, Fernandinho, Ilsinho y Luiz Adriano. Pero no todos sus compatriotas que van allí triunfan. De hecho, hay muchos casos de jugadores que, tras un mes en la nueva ciudad, ya sueñan con volver a su casa.
“Al principio hay que tener paciencia. Es difícil, con el frío y el idioma. Uno piensa en volver, sale de su país animado, pero llega y es reserva. Aunque me preocupé, al final me tranquilicé y seguí trabajando”, cuenta el jugador, que vivió solo durante un tiempo y luego tuvo la compañía de su padre, hasta que se casó. “Acabé adaptándome bien. Cuando encadené una secuencia de partidos, rendí a mi mejor nivel, y ya no he salido del equipo”.
Desde entonces no ha abandonado el equipo, y no ha parado de ampliar su currículo. Con la ayuda del habilidoso brasileño, que puede actuar tanto por los extremos como en una posición más central, regateando y distribuyendo el juego, el Shakhtar se ha adjudicado cuatro de las cinco últimas ligas ucranianas, entre ellas la de 2011-2012. En cuanto a la Copa de Ucrania, ha ganado tres, incluidas las dos últimas ediciones. Por no hablar de dos supercopas y, lo más importante, la Copa de la UEFA de 2009.
Profesional
Ahora, otra vez de vacaciones en São Paulo, mientras disfruta de un descanso cerca del majestuoso estadio de Pacaembu, donde todavía lo reconocen con facilidad, Willian sigue los partidos del Corinthians en su trayectoria por la Copa Libertadores, y espera que el teléfono suene de nuevo con alguna sorpresa.
El pasado mes de enero, su club rechazó una oferta en firme del Chelsea, al considerarlo una pieza fundamental en la reñida pugna que mantiene en la liga nacional con su acérrimo adversario, el Dinamo. “Me apetecía ir, ya que se trata de un gran equipo. Pero también tenía que mantener la cabeza tranquila y seguir jugando. Estábamos en la recta final de la liga ucraniana, así que la prioridad era luchar por otro título”.
“Ya conocen mi deseo de irme. He hablado con la directiva. Quieren que me quede, pero les he explicado que ya son cinco años, que he sido profesional, que apenas he estado lesionado y que hemos ganado muchas cosas. Ahora creo que ha llegado mi momento, y ellos están dispuestos a negociar”.
Pero que nadie espere que Willian levante la voz, hable más exaltado o deje de cumplir en ningún aspecto. “Quiero salir por la puerta grande. No quiero irme peleado, como ya ha pasado con otros. No sé lo que traerá el futuro y siento un cariño muy grande por el club”, afirma. “Soy una persona tranquila. De verdad”.
*Con información de la FIFA



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