Martes 11 de septiembre de 2012.– Una hora antes del juego el Coloso retumbó con el canto de los costarricenses, tiicoooos tiicoooos; cuatro mil aficionados rojos querían la pura vida en la casa del Tricolor como en aquel partido de la Eliminatoria al Mundial de Corea-Japón.
Pero el histórico estadio fue recibiendo en sus butacas a esa hinchada fiel vestida de verde que se comió en una sola palabra a los visitantes, con esa voz estruendosa repetida tantas otras noches y que ha tatuado en la piel de esta cancha un nombre que hoy volvió a triunfar: ¡México, México, México!
Sin embargo, la Selección tuvo que picar piedra, buscar algún resquicio que la zaga centroamericana dejara; los hombres de José Manuel El Chepo de la Torre desataron la locura hasta el minuto con 60 con un cabezazo sólido, con olor a Hexagonal, de Javier El Chicharito Hernández.
La noche azteca devoró a los ticos.
Y aparecieron las caricias a la de gajos, los piques veloces del Chícharo y del Cepillo, la dinámica de Guardado y el desborde de Aquino; Costa Rica acompañó la danza con faltas y frustración.
Fue una noche de confirmación. El mando del Chepo, y de su Cuerpo Técnico, tiene el sello de la victoria y hoy México vuelve a dominar la zona de Concacaf. Brasil está en la mira del barco verde.
No se necesitó más. El Tricolor ondeó la bandera de nuestro fútbol en lo más alto de esta área del continente. El mes patrio inicia así sus festejos con el boleto azteca al Hexagonal final de la Concacaf.
*Con información de la FEMEXFUT
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