Martes 28 de febrero de 2012.– El capitán de la República de Corea, Kwak Tae-Hwi, parecía ser el único integrante de su equipo que no sonreía tras el triunfo por 4-2 logrado este sábado ante Uzbekistán. El cuadro coreano, participante en ocho fases finales de la Copa Mundial de la FIFA™, afronta un panorama hasta hace poco inconcebible: la posibilidad de decir adiós de forma prematura a la competición preliminar de Brasil 2014. De hecho, el corpulento defensa central se mostró visiblemente irritado después del encuentro, a pesar de la goleada conseguida por los suyos.
Los Guerreros de Taeguk se situaron con un 3-0 a favor mediado el primer periodo en Jeonju, para luego recibir dos tantos en los últimos minutos, si bien pusieron la victoria fuera de toda duda en el tiempo añadido. Puede que el resultado satisficiese al seleccionador, Choi Kang-Hee, y a varios de los veteranos que regresaban al equipo, pero Kwak no consideró que hubiese motivos para celebrar su estreno como capitán del conjunto surcoreano.
“No tuve tiempo de pensar en nada más”, explicó Kwak a FIFA.com tras el choque. “No creo que yo deba hacer ni mostrar nada en concreto solo por llevar el brazalete. Pero sí soy responsable de ayudar a los muchachos a desplegar su juego y al mismo tiempo tratar de controlarme, para poder cumplir con mi cometido. No soy de esos que se ponen al frente para dirigir a los compañeros, sino una persona tranquila que los anima a que alcancen el objetivo”.
Hora de reaccionar
Ahora Kwak se conjura con Lee Dong-Gook —autor de dos goles—, el mediapunta Kim Do-Heon y los extremos Kim Chi-Woo y Lee Keun-Ho para que el equipo deje atrás sus últimos reveses. Todos ellos desempeñaron papeles importantes en las campañas clasificatorias de las dos últimas Copas Mundiales de la FIFA, antes de quedarse fuera de Sudáfrica 2010 por muy poco, debido a lesiones u otros motivos.
Kwak, de 31 años, es un central reputado por su juego aéreo y su capacidad de marcar goles decisivos, y ya había sido titular en la zaga a las órdenes del técnico Huh Jung-Moo. No obstante, no formó parte del plantel que viajó a Sudáfrica, tras lesionarse en la rodilla izquierda durante un partido de preparación frente a Bielorrusia.
Ahora, tres años más tarde, Kwak ha tenido otra oportunidad de demostrar su valía, en esta ocasión como líder del grupo, después de ejercer también de capitán de su club, el Ulsan Horangi, rumbo al subcampeonato en la última edición de la K-League. Liderados por Kwak, los Tigres pasaron de tener serias dificultades para clasificar a las eliminatorias por el título, a llegar a acariciar su tercer trofeo.
“Siempre salimos a ganar, y marcar los goles que nos ayuden a conseguirlo es algo positivo”, declaró Kwak, refiriéndose a las cuatro dianas de los Guerreros de Taeguk frente a Uzbekistán. “Nuestros defensas son altos, lo que les beneficia en jugadas a balón parado. Las ensayamos mucho, y si somos capaces de tener este tipo de conexión telepática con el lanzador también podremos marcar más goles en partidos oficiales”.
“Pero, como defensa, mi prioridad tiene que ser impedir que los recibamos. Me siento mal cuando el rival marca, detesto permitir que lo haga”, añadió.
La República de Corea se medirá este miércoles con Kuwait en su último compromiso de la liguilla de la tercera ronda. Le basta sumar un punto en casa para acceder a la última fase clasificatoria, pero Kwak está decidido a certificar el pase a lo grande.
“Es un partido a todo o nada, estamos obligados a conseguir un buen resultado. No podemos permitirnos perder, debemos concentrarnos en la defensa para que el rival no pueda hacer lo que se propone”, concluyó Kwak. “Tenemos que ganar, y vamos a hacerlo”.
*Con información de la FIFA
0 Comentarios