Fútbol base para crecer

Miércoles 20 de junio de 2012.– Del 19 al 21 de junio, la Sede de la FIFA albergó en Zúrich una actividad del programa Grassroots, clave dentro de sus iniciativas de desarrollo del fútbol. FIFA.com te explica los entresijos de esas tres jornadas “infantiles”.
Se trata de una de las puntas de lanza dentro de los proyectos de la FIFA. El programa Grassroots (o de fútbol base) de la FIFA es un elemento clave para el desarrollo del fútbol, porque su objetivo principal es “llevar el fútbol a la mayor cantidad posible de personas, con el fin de compartir los valores humanos y, sobre todo, hacer que todos los participantes se diviertan jugando”. Los días 19, 20 y 21 de junio, la Sede de la FIFA en Zúrich albergó un seminario seguido por un festival de fútbol base.
El 19 de junio, el seminario estuvo destinado a los profesionales, ya que iba enfocado a los instructores de fútbol base. El objetivo de esta jornada era intercambiar experiencias, conocer los nuevos materiales, optimizar el concepto original del programa y debatir sobre el papel y las responsabilidades de los instructores. En general, una actividad del Grassroots se compone de un curso de cuatro días para entrenadores-educadores, seguido de un festival infantil para chicos y chicas de entre 6 y 12 años, organizado por la asociación de fútbol del país. La FIFA participa proporcionando los instructores, pero también un respaldo económico para los cursos y el festival, así como regalando las equipaciones y el material para las actividades.
En Zúrich, los responsables de Desarrollo de la FIFA pusieron al día a los 40 instructores de fútbol base llegados de todos los rincones del mundo sobre la filosofía, los componentes, la estructura, la ayuda aportada por la FIFA y el material de aprendizaje disponible para los proyectos Grassroots. “Después de cuatro años apostando por el fútbol base, era el momento de hacer un balance de los contenidos y de las mejoras que cabía aportar. Asimismo, era necesario que afrontásemos los desafíos que se nos planteaban, y lo hemos hecho. Uno de los retos más importantes es el seguimiento de los proyectos. Tenemos que pasar a una etapa superior y responsabilizar a las asociaciones miembro beneficiarias para que sigan desarrollando este programa Grassroots que hemos iniciado nosotros”, resaltó Jurg Nepfer, encargado de los cursos en la división de Desarrollo de la FIFA.
“Hemos entablado discusiones positivas entre los participantes sobre las cosas que hay que mejorar o cambiar en el programa; hemos compartido nuestras experiencias. Es una primera etapa importante. Creo que necesitamos más intercambios de impresiones de este tipo entre instructores”, se congratulaba el suizo Sam Schweingruber.

Experiencias reales

Sus palabras adquirieron toda su dimensión más adelante, cuando algunos proyectos fueron presentados in situ por los instructores. Mauricio, Colombia, San Cristóbal y Nieves, Emiratos Árabes Unidos, Groenlandia, Nueva Caledonia, Camboya… países todos de culturas, tradiciones e historia futbolística muy diferentes. “Estuve en Palestina hace poco”, contaba, por ejemplo, el marroquí Jamal Eddine Lahrache. “Evidentemente, se trata de una región muy sensible. Hemos llevado a cabo tres actividades de fútbol base en tres regiones diferentes, y hemos adaptado los cursos en cada caso, en función de las sensibilidades. Pero puedo resaltar el cálido recibimiento del que han sido objeto, ya sea por parte de la asociación nacional, de las ligas o de los participantes, lo que demuestra lo muchísimo que necesitan este tipo de actividades”.
Para Schweingruber, que lleva 9 años instalado en Camboya y es instructor de fútbol base desde 2009, “a través de estas actividades del Grassroots, puedes cambiar más que personas individuales, culturas enteras. En Camboya, no era concebible al principio integrar a las chicas en el fútbol base. Pero lo hicimos, y ahora se vive como algo normal. Y creo que eso contribuirá a dar confianza e importancia a las jóvenes camboyanas”.
Es verdad que una actividad de fútbol base tiene también un objetivo a largo plazo. El principio consiste en iniciar y consolidar una cooperación entre la asociación miembro y las autoridades del país en relación al fútbol escolar. “Estamos trabajando en estrecha colaboración con la asociación nacional, como es lógico, pero también con el Ministerio de Educación y con organizaciones no gubernamentales. Es fundamental para poder instaurar programas en las escuelas”, señalaba al respecto Schweingruber.
Lahrache, que trabaja en todo el norte de África y en Oriente Próximo, así lo confirmaba, explicando que el objetivo es “ampliar la base de la pirámide del fútbol. Por tanto, es esencial promover esas actividades ante los Ministerios de Deportes y de Educación y ante las organizaciones no gubernamentales, para que pongan en marcha programas basados en el fútbol base”.

Festival de fútbol

El 20 de junio, fue el día del festival. Dos grupos de niños, los de la escuela MIES de Versoix y los Letzikids de Zúrich (es decir, unos 60 niños en total), jugaron durante toda la tarde en los terrenos de juego de la FIFA. El festival consiste en una mezcla entre partidillos y ejercicios lúdicos para trabajar la técnica.
El festival no tiene un vencedor, y eso es un aspecto fundamental. Cada equipo participante juega la misma cantidad de partidos, con ejercicios intercalados entre medias. “Al final del día, todos los participantes han podido jugar lo mismo, y se vuelven a casa con un sentimiento positivo”, explicaba Jurg Nepfer. Al día siguiente, el 21 de junio, se celebró la última reunión entre los instructores para realizar un balance constructivo, establecer grupos de trabajo y responsabilidades, y definir las etapas siguientes.
“Estos programas son muy importantes para la FIFA, porque inician a los niños en los valores básicos del fútbol: disciplina, juego limpio, respeto al contrario. Pero siempre teniendo en cuenta las particularidades y las culturas futbolísticas de cada país, un principio que llevamos defendiendo desde 1975, cuando empezamos nuestra labor de desarrollo en el mundo”, recordó el Presidente Joseph S. Blatter, que se pasó para ver a los niños pegarle al balón.
¿Pero quién mejor que uno de los niños presentes en los campos de fútbol de la Sede de la FIFA en Zúrich para resumir el sentir general que se desprende de estas actividades del Grassroots? Yannick, de Versoix, encontraba las palabras precisas: “Los ejercicios y los partidillos son geniales, pero lo que más me ha molado ha sido conocer a niños de otro club, de otra región. No hablábamos la misma lengua, es verdad, pero nos expresábamos con las manos, ¡aparte de que, en el fútbol, no se necesitan las palabras!”.

*Con información de la FIFA

Publicar un comentario

0 Comentarios