Viernes 18 de mayo de 2012.– En el Bayern de Múnich los futbolistas de élite holandeses no son ninguna rareza. Jan Wouters, Roy Makaay, Mark van Bommel, Arjen Robben o el también entrenador Louis van Gaal, para nombrar sólo unos pocos, han dejado su huella en el campeón histórico alemán en los últimos tiempos.
"Eso, por supuesto, tiene que ver con que el Bayern es uno de los mejores clubes de Europa. Todos los futbolistas quieren jugar al máximo nivel, y eso se puede conseguir en el Bayern. Yo no lo dudé a la hora de firmar", recuerda Makaay en en exclusiva para FIFA.com. "Pasé años muy bonitos allí, no sólo en lo deportivo sino también en mi vida privada". El delantero fichó por el club bávaro en 2003 por casi 19 millones de euros, un montante récord hasta entonces en la historia de la entidad, que fue a parar a las arcas del Deportivo de La Coruña. Desde su adiós al club en 2007, el ex internacional de los Tulipanes ha seguido manteniendo el contacto con sus ex compañeros de equipo y con su actual segundo capitán, Bastian Schweinsteiger.
Durante su permanencia en Múnich, los dos únicos duelos contra el Chelsea tuvieron lugar en cuartos de final de la Liga de Campeones de la UEFA 2004/05. "Perdimos por 4-2 fuera y ganamos por 3-2 en casa. Al final nos faltó un gol. Evidentemente, fue una gran decepción", se lamenta Makaay.
Robben y la cita con el pasado
Siete años después de aquel encuentro, el conjunto muniqués va a celebrar ante su público "uno de los momentos más destacados en la historia del FC Bayern", según palabras de su presidente, Uli Hoeness. Por primera vez en los anales de la Liga de Campeones, un equipo ha logrado llegar a la final en su propio estadio. "Eso es algo increíble, que no sucede casi nunca. El Bayern tiene grandes probabilidades de hacerse con el título. El factor campo es desde luego una motivación extra", comenta Makaay.
El sábado, otra rutilante estrella de la Oranje será uno de los principales focos de atención. Arjen Robben, que a sus 28 años es uno de los mejores extremos del mundo, está saldando viejas cuentas con su pasado este curso. Primero, en el reciente duelo contra el Real Madrid, cuya camiseta lució de 2007 a 2009. Y ahora contra el Chelsea, que fue su casa de 2004 a 2007, con un balance de 106 partidos oficiales y 19 goles.
"Es algo especial enfrentarme a dos de mis clubes anteriores", admite Robben. En primer lugar hemos eliminado al Real Madrid, y ahora tenemos que eliminar al siguiente. Mi estancia en el Chelsea fue sensacional. Sigo de cerca su evolución, y me pongo contento cuando triunfa, porque sé cómo lo viven sus hinchas en Londres. Siempre tuve una buena relación con los seguidores. Me alegro mucho cuando ganan, pero como es lógico en esta final será un poco diferente".
La pasión inglesa
No es de extrañar que el holandés se sintiera a gusto en Stamford Bridge. Después de todo, en tres años ganó seis títulos, entre ellos dos Premierships (2005, 2006) y una Copa de Inglaterra (2007). "Lo que siempre me llamaba la atención era la pasión de los jugadores ingleses. Cinco o diez minutos antes de saltar al campo, estaban completamente relajados, incluso hacían chistes; pero cuando llegaba la hora de jugar, se transfiguraban en hombres completamente distintos. Es muy bonito ver la pasión con la que viven el fútbol, y la cultura inglesa en general", comenta el romperredes.
El sábado, sin embargo, nuestro interlocutor sólo tendrá cabeza y corazón para el Bayern, que necesitará un Robben en la cima de su arte para batir a los Blues. En siete encuentros de Liga de Campeones, el delantero holandés ha contribuido con cuatro goles y dos asistencias. "No se puede decir que nos aguarde un partido fácil ¡Es la final de la Liga de Campeones! Nos enfrentaremos a un equipo puntero en Europa, que ha eliminado al Barcelona y que deslumbró contra el Nápoles. También entraña riesgos, porque está calando lo que muchos dicen, que somos ligeramente favoritos porque jugamos en nuestro propio estadio. Tenemos que tener cuidado con eso", advierte Arjen.
"Ya va siendo hora"
Mientras Robben trabajará por la banda derecha, su homólogo Franck Ribéry lo hará por la izquierda. Velocidad incontenible, técnica extraordinaria y puntería letal son propiedades que hacen de Robbery una de las tenazas atacantes más potentes del mundo. "Tenemos que funcionar en equipo. Si todo sale bien, jugadores como Franck y yo podemos decidir un partido. Qué bueno que esta vez no nos falte, porque él es muy importante para nosotros", agrega Robben en alusión a 2010, año en que, por culpa de una cartulina roja en la semifinal, el francés se perdió la cumbre decisiva contra el Inter, vencedor por 2-0.
¿Y este año?: "Ya va siendo hora. La Liga de Campeones hay que ganarla al menos una vez en la vida. Esta temporada hemos demostrado que somos uno de los mejores equipos de Europa. Ojalá que el sábado podamos decir que somos 'el mejor equipo de Europa'. Eso sería lo máximo".
*Con información de la FIFA
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