Viernes 9 de marzo de 2012.– La pasada J-League fue quizás la más reñida en los 19 años de historia de la competición. Y tras una sensacional campaña, el recién ascendido Kashiwa Reysol se ciñó su primera corona liguera. Lo que inicialmente fue una pugna a cuatro bandas acabó dando paso a un espectacular mano a mano entre tres equipos durante el tercio final del curso, hasta que el Kashiwa, contra todo pronóstico, resistió las embestidas de aspirantes al título más tradicionales como el Nagoya Grampus Eight y el Gamba Osaka.
Fue un logro asombroso por parte de los Reyes Sol, que se convirtieron en el primer equipo que se imponía en su primera campaña tras haber ascendido desde la segunda división japonesa. Su entrenador, Nelsinho Baptista, comandó una auténtica revolución brasileña en el equipo, al que Jorge Wagner y Leandro Domingues auparon a la gloria en la última jornada. Este año, reeditar aquel éxito se antoja complicado, dado que algunos de los clubes punteros han reforzado sus respectivas plantillas con talentos tanto nacionales como foráneos.
Los grandes, con ansias renovadas
A un sólo punto se quedó en el cierre de la liga el Nagoya, que el año anterior había puesto fin a una larga espera adjudicándose su primer campeonato nacional con autoridad. Su técnico, el serbio Dragan Stojkovic, que previamente había brillado en el club como jugador, se mostró optimista de cara a este año y describió a su plantilla como “perfecta”. El equipo cuenta con un montón de figuras como los internacionales nipones Keiji Tamada, Marcus Tulio Tanaka y Jungo Fujimoto, mientras que el líder de su ataque es el espigado delantero australiano Josh Kennedy, máximo goleador en solitario el año pasado tras haber compartido esa distinción en 2010 con Ryoichi Maeda (Jubilo Iwata).
Al igual que el Nagoya, el Gamba Osaka, tercero en discordia el año pasado, es otro grande con esperanzas legítimas de desbancar al Kashiwa. Y en su caso, como en el de sus dos rivales, tendrá que compatibilizar la liga con la Liga de Campeones asiática durante los meses iniciales del ejercicio, lo que exigirá un doble esfuerzo. Asimismo, la llegada de un nuevo entrenador (el brasileño José Carlos Serrão) confiere una cierta incertidumbre al rendimiento del campeón de Asia en 2008. Con todo, su plantilla sigue estando para muchos a la altura de las mejores de la liga, encabezada por Yasuhito Endo y por su nuevo fichaje estrella, el joven internacional surcoreano Lee Seung-Yeoul.
El conjunto más laureado de Japón, todo un heptacampeón como el Kashima Antlers, tuvo una campaña desastrosa en 2011 teniendo en cuenta su elevado caché, ya que quedó 6º a 22 puntos del vencedor. Dentro de su proceso de reconstrucción, el Kashima ha confiado su banquillo al mítico Jorginho, campeón de la Copa Mundial de la FIFA 1994™ con Brasil, y que ya pasó cuatro exitosos años en el club en la década de los 90. Aun así, el Antlers no ha estado muy activo en el mercado de fichajes, con el artillero Juninho (un veterano procedente del Kawasaki Frontale que lleva diez años en la J-League) como alta más notable.
Nuevos contendientes se unen a la pugna
El imprevisto éxito del Kashiwa el año pasado es la clara muestra de que hay pocos equipos a los que se pueda descartar; y uno de esos peligrosos tapados es un conjunto que logró la permanencia por un escaso margen: el Urawa Red Diamonds. El club con la mejor afición del país se salvó de un impensable descenso por sólo tres puntos, pero las expectativas, como siempre, vuelven a ser altas en el seno del primer cuadro nipón ganador de la Liga de Campeones asiática. Su nuevo entrenador, Mihailo Petrovic, cuenta con la cesión del defensa Tomoaki Makino por parte del Colonia, mientras que el centrocampista bregador Yuki Abe regresa a Saitama tras su paso por el fútbol inglés.
Otros equipos como el Yokohama F Marinos, el Sanfrecce Hiroshima y el Vegalta Sendai deberían erigirse en algo más que un mero incordio; mientras que otra seria amenaza al trono del Kashiwa podría venir de parte de un conjunto que está emprendiendo una trayectoria similar a la de los Reyes Sol: el FC Tokio.
El gigante dormido de la capital, que el año pasado se proclamó campeón de segunda división con gran solvencia, no sólo ha regresado a la máxima categoría a las primeras de cambio. Tras el ascenso, puso el broche de oro a su gran campaña adjudicándose su primera Copa del Emperador en el Día de Año Nuevo. Por si fuera poco, el fin de semana pasado, el equipo capitalino plantó cara al Kashiwa hasta el final en la Supercopa japonesa, antes de causar sensación el martes en su estreno en la Liga de Campeones asiática, con un triunfo a domicilio sobre el campeón australiano, el Brisbane Roar. Después de que el Kashiwa mostrase el camino a seguir el año pasado, el FC Tokio confía en que la historia se repita en 2012.
*Con información de la FIFA
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